Ha llegado el momento de que el cuerpo de Cristo escuche a Dios y no a otro; para trabajar juntos y no unos contra otros. Porque hay mucha adivinación sucediendo [en la iglesia de Dios]. Cuando profetizó en contra de un hermano o hermana diciendo que su ministerio o iglesia caería, ¿a quién consultó? Además, ¿cuándo ves al Señor [continuamente] bendiciendolos? Por tu propio bien, más bien arrepiéntete.
Hay evidencia [impresión] en aquellos que practican la adivinación. Ya no sobresalen en lo que hacían, sus ministerios sufren y [ellos mismos] sufren vergüenza porque lo que anunciaron no se cumple.