Jesús nos enseña cómo orar al Padre [Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga tu reino], lo que lleva a la práctica. Cuando oras [con tu espíritu (corazón) y mente], reconociendo que “Dios ya conoce las declaraciones de tu boca” tienes la seguridad de que incluso antes de terminar, Él ya te ha recompensado [con Él mismo – Su propia mente y deseo de Su corazón].Te deleitarás en que la voluntad de Dios se haga en la tierra como en el cielo. Cuando uno alcanza el nivel de conocer la mente del Espíritu, la voluntad de Dios en la tierra sucederá como en el cielo.Podrás discernir la predicación y la enseñanza que te da la mente de Dios. Nunca podrás dejarte engañar cuando hayas alcanzado este nivel. Cuando uno te predica o te habla, cuando conoces la mente del Espíritu, comienzas a ver quién está y quién no está en la voluntad de Dios.