UN ESTADO DE DEBILIDAD

Si no has llegado a un estado de debilidad, el poder de Dios no puede perfeccionarse en ti. Porque sólo en la debilidad uno puede [verdaderamente] invocar al Señor. Así como Jesús fue llevado al desierto para ser tentado por el diablo, tú también debes pasar por lo mismo. No se puede ayunar por el poder o la perfección.

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